Fuimos a celebrar San Valentín a la Vinoteca Moratín.
Se trata de un sitio chiquitito (hay que reservar con antelación, nosotros con 3 semanas, y para cenar ya no había sitio, aunque como digo era San Valentín….que es una fecha “especial”)
Una vez que nos sentamos se acercó el chef a decirnos lo que había en carta, explicarnos cada uno de los platos y aconsejarnos.
Seguimos sus indicaciones y pedimos media ración de alcachofas y de puerros, por probarlos. Decir que a pesar de ser cosas que generalmente no me apasionan, estaban muy ricos.
De segundo, pedimos, para compartir,
Salmón marinado, riquísimo, muy suave:
Steak tartar, ya que habíamos leído que tenía fama, y efectivamente, merece la fama que tiene:
De postre, una crema quemada, y (como no) un coulant de chocolate...maravilloso:
Aparte de la comida, que estaba toda riquísima, el trato que fue maravilloso.
De precio unos 31 euros persona.
Un sitio muy recomendable
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